El Beato Tito Brandsma y la oración

El Beato Tito Brandsma y la oración

“Los verdaderos estudiantes de la escuela Carmelita deben estar en un alto grado envueltos en sí mismos, para buscar y encontrar a Dios en lo más íntimo de sus almas.” –Beato Tito Brandsma, Apuntes Históricos del Misticismo Carmelita

Los Carmelitas tienen dos mártires, reconocidos por su santidad, durante el siglo XX –la Santa Edith Stein (o Santa Teresa Benedicta de la Cruz) y el Beato Tito Brandsma. Ambos fueron encarcelados y ejecutados por los nazis –Edith en Auschwitz y Tito en Dachau– y ambos escribieron sobre sus experiencias en los campos de concentración. Lo que es más sorprendente es cómo ambos, Edith y Tito, no solo mantuvieron un espíritu de paz y compasión hacia sus compañeros de prisión, sino también hacia sus guardias, que fueron unos criminales. ¿Cómo lo lograron?

Una vida de oración tiene siempre un destino. Santa Teresa de Jesús describe este destino en “El Castillo Interior” como un camino a través del castillo, San Juan de la Cruz lo describe como la “Subida del Monte Carmelo”. Este “camino de oración” nos conduce de una forma más profunda (Teresa) o más elevada (John) en nuestro interior. Desde ambas perspectivas –de profundidad en el castillo o de elevación en la montaña– la paz alcanzada es cada vez más el fruto de nuestro viaje.

Beato Tito, en sus Apuntes Históricos del Misticismo Carmelita reflexiona, “El Carmelo es una montaña de una elevada paz que se encuentra por encima de un mundo lleno de caos.” El mundo de Dachau era ciertamente un mundo de enorme caos.

En el capítulo cuatro de su carta a los Filipenses, san Pablo describe este estado de paz: “Regocíjense en el Señor siempre. Voy a decirlo una vez más: ¡Regocíjense! Que su bondad sea conocida por todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada, con oración y ruego, con acción de gracias, presenten sus peticiones a Dios. Entonces, la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús (4:4-7).”

Incluso en el entorno criminal de un campo de concentración nazi, Tito y Edith vivían en una tierra donde “la paz sobrepasaba todo entendimiento”, junto con “la bondad brindada a todos”, incluidos sus carceleros y verdugos. Es un lugar maravilloso para encontrar y para vivir ¡Oremos!


TOMADO DE:  http://www.carmelitas.org