La sabiduría es el sabor de las cosas. Lo más difícil y lo más fácil. Hay una sabiduría del cuerpo y una sabiduría del alma. Hay una sabiduría de la palabra, de la mirada, de los ademanes, del trabajo, del descanso, de la comida, de los individuos y de las comunidades...
Dios es amor. Amor, unidad de dos, realidad portentosa que da sentido a todo, y de la cual, Jesús es la encarnación perfecta. De una parte afirma: "Yo y el Padre somos uno", y de otra, "Les doy un mandamiento nuevo, que se amen los unos a los otros como yo los he amado".
En Dios, la unidad es perfecta, un solo Dios verdadero en tres personas distintas. La tarea del ser humano, imagen y semejanza suya, consiste, por tanto, en hacer unidad consigo mismo, con los demás, con el cosmos y con Dios.
Criatura de amor, me estremece caer en la cuenta de que mis ojos, oídos, olfato, gusto y tacto son un regalo de amor. Y que he sido llamado a la existencia para ver, oír, oler, gustar y tocar con amor. Lo mismo que mi alma, entendimiento, memoria y voluntad tienen por misión el ejercicio del amor.
Hay gestos que me indican si amo. La acogida, la comprensión, la generosidad, el servicio, la solidaridad son gestos que nacen del amor y lo expresan. Me encanta sentirme acogido en el lugar donde llego. Las miradas y las palabras crean una atmósfera de seducción. Jeremías, ese viejo vidente, exclamaba extasiado: "Me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir" (20,7). ¿Qué incendiaba su corazón para dejarse seducir?
San Juan de la Cruz escuchaba el rasguño de la pluma en el papel al escribir: "Donde no hay amor, ponga amor y sacará amor". El silencio llenaba de asombro las palabras. Al leer, me pasma lo que acontece en mí. Me vuelvo otro siendo el mismo. Magnetismo del amor.
Me paso las horas sintiendo el amor de mi Creador en mí, en mi más íntimo yo. Cuanto más experimento su amor, más caigo en la cuenta de que el amor llena mi vida de sentido, y que amor correspondido es amistad. A quien me ama sin condiciones, lo amo con todo mi ser. Es mi amante porque me ama, soy su amante porque lo amo. El amor me da alas para volar por el espacio infinito de la divinidad.
Por amarme y amarlo, siento que todo es amoroso en mí. Cuido mis sentimientos, pensamientos, palabras y obras para que tengan siempre el sello del amor. S. Agustín lo sabía muy bien. "Ama y haz lo que quieras". El amor te llevará siempre por el camino de la bondad.
¡Fiesta maravillosa del amor y la amistad….
AUTOR: P. Hernando Uribe C., OCD
TOMADO DE: El Colombiano, 20 de septiembre de 2013